Nuestra pedida fue un momento mágico y totalmente inesperado. Íbamos de camino a casa después de dar un paseo, cuando él dijo que necesitaba arreglar algo de las llaves del coche. En lugar de ir directamente, fuimos andando hasta El Saler.

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De repente, un supuesto fan comenzó a gritar emocionado el nombre de Semi. Decía que era un gran admirador del Valencia y preguntó si podía hacerse una foto con él. Yo, entre risas, le decía que tranquilo, que Semi era una persona normal y que, por supuesto, podíamos hacernos la foto. El fan estaba súper agradecido.

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Entonces, nos dijo: “Para agradeceros lo majos que habéis sido, me gustaría haceros una foto en ese arco morado tan bonito”. Aceptamos, sin imaginar lo que vendría después.

Cuando el fan, que en realidad era parte del plan, se preparaba para sacar la foto…

 

Semi se arrodilló y me pidió matrimonio.

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Fue un momento único, lleno de emoción y amor. Nunca lo olvidaré.